El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha presentado este lunes en Sevilla Manual de Convivencia, la vía andaluza, su libro de memorias en el que reivindica “la fórmula de la calma, la tranquilidad, serenidad y moderación”, como la “opción correcta” -en sus propias palabras- que le permitió acceder a la presidenta de la Junta en 2018 y revalidar el Gobierno con una histórica mayoría absoluta. Pero esta tarde quizás el capítulo que más interesaba -probablemente, no al público asistente, la mayoría miembros del PP andaluz y consejeros de sus dos legislaturas- era el que no estaba escrito: cómo ha abordado el escándalo de los cribados de cáncer de mama, la mayor crisis que ha sufrido desde que dirige el Gobierno autónomo y la que parece que ha descolocado esa estrategia de templanza. “Me sentí superado e impotente”, ha reconocido.
Las memorias de Moreno se anunciaron casi al mismo tiempo que la Cadena Ser ponía voz a los primeros testimonios de mujeres que habían desarrollado un tumor, cuando creían que estaban sanas porque nadie les había informado de que su cribado no era concluyente. Tras ser preguntado por la conductora del acto, la periodista y subdirectora de La Razón, Carmen Morodo, el presidente andaluz ha asegurado que, si hubiera estado escribiendo el libro en ese momento, hubiera incluido un capítulo dedicado a los fallos en el programa de prevención, “como todas las cosas positivas y amargas que he vivido, como el Covid”. Moreno ha defendido en todo momento la gestión que ha hecho de una crisis de la que, eso sí, ha dicho que se enteró en el momento en el que saltó el escándalo, y ha dicho que ha sentido “frustración y decepción cómo se pueden manipular las cosas de manera intencionada y sin intención”. El barón popular ha señalado a todos los que han “cuestionado los programas de los cribados y todo el sistema de salud” y “al interés especial desde el punto político por distorsionar las cosas” que hay en Andalucía, “cuando en otros territorios pasa lo mismo y no se suben los decibelios”.
En Manual de Convivencia, más allá de desgranar la vía andaluza, el dirigente popular incide en cómo consiguió asentar su liderazgo frente a la incredulidad de sus propios compañeros de partido, que dudaban de que pudiera hacerse con la riendas de la formación cuando asumió la presidencia del PP andaluz en 2014, precisamente por ese carácter tranquilo. “Juanma hace menos daño que un pescado blanco”; “Juanma ¡dales caña!” o “le falta colmillo”, eran las frases que solía escuchar en mítines o en la calle. También era consciente de que los suyos “esperaban de mí un perfil agresivo”. Pero Moreno lo deja claro: “Lo que ocurre es que yo no soy así”. Porque lo que también se esfuerza por recalcar en sus memorias es que el marchamo de hombre sereno lo traía de casa, y que no es fruto de una campaña de marketing orquestada por su equipo. Y en la presentación de esta tarde, el dirigente popular lo ha querido remarcar al recordar él “ha bebido” de “la forma de ser equilibrada, amable y compasiva” de su abuelo Manuel.
Otro eje sobre el que pivotan las memorias de Moreno es el de rechazar que su llegada al poder en 2018 fuera fruto de una “carambola” --de hecho dedica un capítulo entero a reflexionar sobre ello-, sino el culmen de una campaña muy meditada, en la que siempre estuvo encima de la mesa que se podía lograr el cambio sumando con otras fuerzas políticas: Cs y Vox -una ecuación que en el libro da por sentado y presenta como algo mucho más sencillo de conseguir de lo que las negociaciones evidenciaron entonces- y que, afirma, empezó a fraguarse en las elecciones generales de 2016. Aunque también aquí le tocó lidiar con el escepticismo dentro de sus propias filas. “Haré todo lo que pueda y más para conseguirlo, Juanma, pero que sepas que es imposible”, le dio el diputado Pablo Venzal cuando estaban diseñando la campaña de 2018, en un capítulo que le dedica a él especialmente. “To pa ná”, le repetían los suyos en la caravana electoral, en una expresión muy andaluza que alude a la consciencia de que el esfuerzo realizado no va a servir para nada. Una sensación de impotencia que esta tarde Moreno ha reconocido que le ha asaltado durante sus dos legislaturas en materia sanitaria: “Si le he dedicado tiempo y recursos a algo ha sido a la sanidad”, ha asegurado.
Feminismo, inmigración, ‘fake news’ y negacionismo
Tampoco el padre de Moreno creía mucho en sus posibilidades de convertirse en presidente de la Junta. “Presidente de la Junta, Juanma, es algo muy difícil”, le dijo en una de sus últimas conversaciones cuando él ya se encontraba muy enfermo en el hospital. El capítulo dedicado a su padre es uno de los más personales y emotivos de sus memorias, donde también reconoce el papel fundamental de su mujer, Manuela Villena. “Además de todo lo demás, mi mejor asesora”, dice en el libro y ha insistido esta tarde para poner en valor que fue ella quien fue determinante para que diera el paso de regresar a Andalucía renunciando, como es habitual en muchas mujeres de su generación, a sus ambiciones profesionales. “Ella podría ser una magnífica candidata a muchas cosas: tiene inteligencia, capacidad, determinación y facilidad de palabra”, ha insistido esta tarde.
“Siglo XXI es el siglo de la mujer. Las mujeres de hoy en día son ‘superwomen”, ha incidido Moreno en la presentación, parafraseando su propio libro en la parte dedicada al feminismo. Porque, además de repasar algunos hitos políticos de sus legislaturas donde más incidencia tiene esa vía andaluza -conseguir el éxito de un Gobierno de coalición o el desarrollo económico-, Moreno intercala reflexiones sobre temas transversales como el de la mujer o la violencia machista, la inmigración -de la que se muestra a favor-, el cambio climático e incluso la relación de la prensa con la clase política y el problema de la desinformación, cuestionando el negacionismo y defendiendo posiciones muy alejadas de las que defiende el ala más extremista de su partido.
Ayuso, la “catapulta” de Feijóo a La Moncloa
Y a ella se refiere también Moreno, aunque sin abordarla de esa manera, cuando se refiere a Isabel Díaz Ayuso como “una de las catapultas que llevará a Alberto a ser presidente del Gobierno”. Lo hace eso sí en un capítulo en el que defiende el derecho a dudar y poder cambiar de opinión y después de citar a Franklin D. Roosevelt: “siempre se debe preferir la acción a la crítica”, para presentar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, como un “ejemplo de determinación”, dentro de su partido.
El presidente andaluz insiste en el consenso y convivencia como antídoto frente a la polarización y aunque el tono de sus memorias huye de la beligerancia, sí escoge a un adversario con el que contraponerse: Pedro Sánchez. A nadie se le escapa que el título de sus memorias es una forma nada velada de confrontar sus estilos opuestos -Manual de convivencia vs Manuel de resistencia-. Al presidente del Gobierno lo acusa directamente de sembrar “la semilla de la polarización que España vive actualmente y la génesis de la transformación que ha vivido el PSOE hacia un populismo institucional, que consiste en levantar muros que dividen a los ciudadanos”, una idea, la del muro, que ha vuelto ha repetir esta tarde en Sevilla.
En esa polarización Moreno pasa de puntillas por Vox, aunque sí defiende que si para poder ser investido hubiera tenido que rechazar la violencia machista no hubiera accedido. “Se puede ser presidente sin haber sido el candidato más votado siempre y cuando no se engañe a nadie”, dice en las memorias, de nuevo para contraponer su investidura -la primea que Vox apoyó en un Parlamento español- con el respaldo de independentistas o Podemos al PSOE de Sánchez. En sus páginas sí hace alusión al desayuno que mantuvo con Santiago Abascal en 2022 en el que este le confirmó que no apoyaría los presupuestos autonómicos de ese año. Es quizás de las anécdotas más interesantes que se recogen en el libro y que arroja luz sobre los entresijos del poder. En la charla de esta tarde con Morodo, sí ha defendido, de nuevo apelando a ese talante moderado, que la mejor forma de combatir a Vox, es “desde la tranquilidad y la serenidad”.
En su libro, Moreno también alude a esos momentos de soledad que tiene el político y las consecuencias que se derivan de su profesión, entre ellas el insomnio. Perder la mayoría absoluta, precisamente gracias a la penetración del discurso de Vox, no es algo que ahora mismo le quite el sueño, ha asegurado esta tarde el presidente. “No me planteo perder la mayoría absoluta. Si con todos los imposibles que hemos tenido hemos llegado hasta aquí”, ha sostenido rememorando buena parte del contenido de sus memorias. Pero después sí ha reconocido que, si eso pasara “la estabilidad y el marco de convivencia que nos hemos dado” estaría “en peligro”. “Los andaluces no son conscientes de lo que tienen. Aprobar presupuestos cada año, sacar adelante leyes, decretos, vender estabilidad y confianza sería mucho más difícil de hacer y me remito a nuestros vecinos de Extremadura”, ha dicho en referencia al adelanto electoral ante la imposibilidad de aprobar las cuentas autonómicas por el bloqueo de Vox.
Mujica, JFK, Reagan, Imbroda, Aguirre y Feijóo
En sus memorias, Moreno dedica un capítulo a alabar la figura del fallecido presdiente de Uruguay, José Mujica, a quien Moreno nunca conoció, pero del que admira su "coherencia". También sorprende su predilección por el presidente Kennedy, del que alaba su mesura a la hora de lidiar con crisis internacionales de relevancia, y que rompiera con los esquemas políticos anteriores, incorporando la televisión como instrumento para penetrar a más ciudadanos o fomentando la cercanía permitiendo que le tomaran fotos oficiales en la intimidad de su hogar. Sin embargo, en ese capítulo destina más párrafos al sentido del humor de uno de los referentes de los políticos conservadores, como Ronald Reagan.
Ya en el ámbito doméstico, de entre sus colaboradores y compañeros de Gobierno es a quien fuera su consejero de Educación, Javier Imbroda, que murió mientras estaba en el cargo, a quien más tiempo dedica y a cuyos consejos más alude:"Aléjate de los tristes", le decía. También destaca la referencia a su primer consejero de Salud y ahora presidente del Parlamento, Jesús Aguirre, de quien alaba su "cercanía, familiaridad y afabilidad", unas cualidades de las que adolecía su penúltima consejera,Rocío Hernández, cesada por el escándalo de los cribados. Por supuesto, Moreno también dedica un capítulo al Alberto Núñez Feijóo -"el próximo presdiente del Gobeirno, pero también un amigo", a quien identifica como el 'Magic Johnson del PP'.